👉 Escenario típico: Estás acariciando a tu gato, ronronea y, de repente… muerde.
Esto suele ser un caso de sobrecarga sensorial:
El gato disfruta del contacto por un momento,
de repente, se siente abrumado y
reacciona mordiendo para terminar la situación.
¿Qué hacer?
Observa el lenguaje corporal del gato (mueve la cola, mueve las orejas).
Acarícialo breve y suavemente.
Detente si notas señales de miedo.
3️⃣ Morder por frustración o estrés
Si tu gato se siente:
estresado,
abrumado,
atrapado (por ejemplo, por niños o durante una visita al veterinario),
puede morder para expresar una intensa incomodidad.
¿Qué hacer?
Dale espacio y control a tu gato.
Evita sujetarlo por la fuerza.
Genera confianza poco a poco.
4️⃣ Mordida de Amor
¡Algunos gatos… muerden por cariño!
👉 Las suaves mordidas de amor son una forma de que los gatos demuestren afecto; suelen ir acompañadas de ronroneos, parpadeos o masajes con las patas.
¿Qué hacer?
Si la mordida es leve e indolora, es una señal de cariño. Simplemente puedes aceptar esta forma de comunicarte con tu gato.
5️⃣ Mordida por dolor o enfermedad
Nota: Las mordidas repentinas y fuertes de un gato que nunca antes ha hecho esto podrían ser señal de:
Dolor (por ejemplo, en articulaciones, dientes, piel),
enfermedad neurológica,
problemas emocionales.
¿Qué hacer?
Si notas un cambio en el comportamiento de tu gato, consulta con tu veterinario.
Resumen
Si un gato te muerde, no siempre significa agresión. Podría ser:
✅ una forma de juego,
✅ una petición para que deje de acariciar,
✅ una respuesta al estrés,
✅ una muestra de afecto,
✅ una señal de que algo le duele.
La clave está en prestar atención a las señales de tu gato y responder con empatía. Cuanto mejor lo conozcas, más fácil será entender lo que realmente intenta decirte... ¡incluso con los dientes! 🐾😸
