A menudo sentimos molestias en la piel y las atribuimos al calor, el sudor, el jabón o la ropa. Sin embargo, a veces esta sensación no es superficial. La piel puede ser una ventana a lo que ocurre en el interior del cuerpo, y cuando algo interno empieza a fallar, los primeros síntomas suelen aparecer allí.
La medicina reconoce este síntoma como prurito y, aunque suele ser benigno, también puede ser una señal temprana de trastornos hepáticos, circulatorios, metabólicos u hormonales. Esto es especialmente cierto si el picor persiste, reaparece con frecuencia o no se alivia con cuidados básicos.
A continuación encontrarás tres zonas del cuerpo donde la picazón recurrente podría indicar desequilibrios internos, sus causas más comunes y lo que puedes hacer para cuidarte.

1. Picazón en la nuca y la parte superior de la espalda.
La zona desde la base del cuello hasta el centro de los omoplatos es una de las zonas donde más comúnmente aparece el prurito asintomático.
Posibles causas relacionadas
Estrés y tensión muscular:
Cuando los pensamientos, las preocupaciones y el nerviosismo se acumulan, los músculos del cuello y los hombros se tensan. Esta rigidez puede afectar la circulación local y causar ardor, hormigueo y picazón recurrente.
Problemas de circulación y presión arterial alta:
La mala circulación puede provocar inflamación interna y molestias persistentes en la zona. También es común en desequilibrios hormonales, como los asociados con la tiroides.
¿Qué hacer?
Vigile su presión arterial, especialmente si las molestias son recurrentes.
Relaje su cuello y hombros diariamente con estiramientos suaves o masajes.
Consulte a un médico si la picazón se intensifica, interfiere con el sueño o persiste durante semanas.