Instrucciones
1. Preparar las vainas de vainilla:
Tomar una vaina de vainilla y colocarla sobre una tabla de cortar. Con la punta de un cuchillo afilado o unas tijeras de cocina, partirla por la mitad a lo largo.
2. Raspar las semillas:
Usar el dorso de un cuchillo o una cuchara pequeña para raspar las diminutas y sabrosas semillas (el "caviar") del interior de ambas mitades de la vaina.
3. Mezclar con el azúcar:
Añadir las semillas de vainilla raspadas al bol del azúcar.
4. Mezclar bien:
Usar una cuchara o un batidor pequeño para mezclar el azúcar y las semillas de vainilla enérgicamente. Continuar hasta que las semillas se distribuyan uniformemente por el azúcar y no queden grumos grandes.
5. Envasar e infusionar:
Vierte la mezcla de semillas de vainilla y azúcar en un frasco limpio.
Presionar las vainas de vainilla raspadas para que quepan en el azúcar. Si son demasiado largas, se pueden cortar por la mitad para que quepan.
Cerrar bien el frasco. 6. Espera la magia:
Deja reposar el frasco en un lugar fresco y oscuro durante al menos dos semanas para que el sabor se impregne por completo. El azúcar adquirirá más aroma y sabor con el tiempo.
Notas y consejos del chef
Uso del azúcar: Después del periodo de infusión, puedes usar el azúcar igual que el azúcar normal. Es perfecto para espolvorear sobre avena, endulzar café, hornear galletas o espolvorear sobre tostadas francesas.
Duración: Este azúcar dura más de un año siempre que se guarde en un recipiente hermético. El sabor se mantendrá intenso.
¡No desperdicies las vainas! Esta es una excelente manera de usar las vainas de vainilla después de rasparlas para otra receta (como natillas o helado). Simplemente asegúrate de que estén secas antes de añadirlas al azúcar.
Suministro continuo: A medida que uses el azúcar, puedes rellenar el frasco con más azúcar. Las vainas seguirán impregnando la nueva receta. Reemplace las cápsulas cada 6 a 12 meses para obtener el mejor sabor.