Puré de papas de la abuela: un plato reconfortante, cremoso y mantecoso con sabor a casa

Instrucciones

Paso 1: Cocinar las papas
Pelar las papas y cortarlas en trozos uniformes de 3.8 cm. Colocarlas en una olla grande y cubrirlas con abundante agua fría con sal. Llevar a ebullición suave y cocinar durante 15-20 minutos, o hasta que estén tiernas y se puedan introducir fácilmente con un tenedor.

Paso 2: Secar las papas
Escurrir bien las papas en un colador. Para que queden extra esponjosas, devolverlas a la olla vacía y caliente a fuego lento durante un minuto, removiendo suavemente para evaporar el exceso de humedad.

Paso 3: Calentar la leche y la mantequilla
Mientras se secan las papas, mezclar la leche y la mitad de la mantequilla (4 cucharadas) en una cacerola pequeña. Calentar a fuego medio hasta que la mantequilla se derrita y la mezcla humee. No dejar que hierva.

Paso 4: Triturar a la perfección
Transferir las papas calientes y secas a un tazón grande. Con un machacador de papas, comenzar a triturarlas. Vierta gradualmente la mezcla tibia de leche y mantequilla, y continúe machacando hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
Incorpore las 4 cucharadas restantes de mantequilla, la nuez moscada rallada y el queso parmesano (si lo usa). Sazone con sal al gusto.

Paso 5: Sirva con cariño
Vierta el puré de papas en un tazón tibio. Haga un hueco en el centro y agregue un poco más de mantequilla, dejando que se derrita con delicadeza. Sirva inmediatamente.

Secretos del éxito
La papa correcta lo es todo: Las papas harinosas como las Russet son esenciales. Su alto contenido de almidón y baja humedad crean una textura ligera y esponjosa, a diferencia de las papas cerosas, que pueden volverse pegajosas.

Mantenga todo caliente: Usar leche y mantequilla calientes es el consejo más importante. La leche fría enfría las papas, lo que resulta en un puré denso y pegajoso.

No las trabaje demasiado: Para obtener la mejor textura, use un machacador manual. Evite las licuadoras o procesadores de alimentos, ya que descomponen demasiado el almidón y crean una consistencia gomosa.

El secreto: Esa pizca de nuez moscada recién rallada es un clásico de los chefs. No tiene un sabor demasiado fuerte a nuez moscada, pero aporta una intensidad y calidez increíbles que realzan todo el plato.

Pruébelo a su gusto
Ultra indulgente: Sustituya la mitad de la leche con crema espesa o agregue unas cucharadas de crema agria al final.

Delicias para los amantes del ajo: Cocine a fuego lento unos dientes de ajo pelados con las papas y tritúrelos para obtener un sutil y dulce sabor a ajo.

Sustituto de queso: Pruebe con queso cheddar blanco fuerte o gruyère con sabor a nuez en lugar de parmesano.

Ya sea la pieza central de su mesa navideña o una sencilla cena reconfortante de martes por la noche, esta receta es para guardar. Demuestra que los platos más queridos suelen ser los más sencillos, hechos con cuidado y mucha mantequilla.