Millonario regresa sin previo aviso y encuentra a sus padres bajo la lluvia: lo que hizo después dejó a todos sin palabras

El nuevo comienzo

Meses después, el pueblo, antaño olvidado, revivía. Donde antes había barro y decadencia, se alzaban nuevas casas: sostenibles, luminosas y llenas de vida. Los obreros reían mientras construían, y cada mañana Manuel y Carmen les servían café, orgullosos anfitriones del nuevo legado de su hijo.

Sebastián, ahora con vaqueros y botas de trabajo, dirigió él mismo el proyecto. Su empresa había trasladado sus operaciones al sur, trayendo empleo y esperanza a un lugar olvidado por el tiempo.

Javier se enfrentó a la justicia y Sebastián encontró algo que ninguna cantidad de riqueza le había dado jamás: paz.

Finalmente había aprendido que el dinero podía comprar casas, pero sólo el amor y la presencia podían construir un verdadero hogar.