Me gusta pensar que trato con amor y comprensión a todos los seres vivos. Incluso las arañas y las serpientes, que son fobias bastante comunes entre las personas, no me asustan hasta el punto de evitar activamente su presencia.
Podría decirse que tengo un alto umbral de tolerancia hacia las criaturas aterradoras… pero los ácaros son otra historia.
Sí, aunque me dé vergüenza admitirlo, no perdería ni un segundo de sueño si los ácaros desaparecieran del mundo mañana y nunca volvieran. No solo son molestos (sin mencionar que son invasivos y pueden hacer que la piel de muchas personas se estremezca), sino que también pueden ser peligrosos.
Los ácaros pueden transmitir enfermedades debilitantes, incluyendo la enfermedad de Lyme y la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, por lo que está claro que no son invitados deseables en tu hogar. Sin embargo, dependiendo del lugar donde vivas, la época del año y la presencia o ausencia de mascotas, la probabilidad de encontrar ácaros en casa puede ser bastante alta.
Si descubres uno de estos pequeños insectos dentro de las cuatro paredes de tu hogar, ¿qué debes hacer? Aquí te explicamos cómo actuar de manera segura y efectiva:
Identifica y aísla el problema
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