El clavo es bien conocido, aunque se utiliza principalmente en dulces, sobre todo en aquellos con frutas. Los dulces de plátano y calabaza, por ejemplo, siempre llevan un toque de clavo.
Sin embargo, se utiliza en todo el mundo para condimentar mucho más que dulces. El clavo se puede usar para dar sabor a conservas, salsas (puras o con cebolla y laurel), verduras, quesos, arroz e incluso carnes.
Pero, además de darle sabor a tus recetas, el clavo tiene numerosos beneficios para la salud. Después de todo, no es de extrañar que se haya usado con fines medicinales durante miles de años.
1. El clavo promueve la circulación sanguínea.
El aceite de clavo mejora la circulación sanguínea, lo que beneficia a todo el cuerpo. Además, al contribuir a la purificación de la sangre, la piel se nutre mejor y el sistema inmunitario está mejor preparado.

2. El clavo es un analgésico y antiséptico natural.
El eugenol, un antibacteriano natural presente en el clavo, ayuda a eliminar las cicatrices del acné, regular la salud de la piel y prevenir la aparición de arrugas. El té de clavo también puede ayudar con dolores de cabeza, cólicos menstruales, fiebre, dolor de muelas y dolor de garganta.
3. El clavo beneficia el tracto digestivo.
El clavo estimula la secreción de enzimas gastrointestinales, lo que mejora la digestión y alivia la indigestión, el estreñimiento, las náuseas y las molestias estomacales. Además, acelera el metabolismo, acelerando la quema de grasa, lo que lo convierte en una herramienta natural para perder peso.