1.Su ayuda nunca es definitiva (aunque lo parezca).
Todos conocemos a alguien que ofrece ayuda… pero en el fondo, busca algo a cambio. Reconocimiento, favores o incluso un cumplido. Estas personas, bajo la apariencia de generosidad, en realidad se mueven por sus propios intereses. ¿Su motivación? Ser reconocidas, admiradas y valoradas. Su hospitalidad suele carecer de sinceridad . Y cuando no consiguen lo que se les pide, de repente desaparecen o se muestran indiferentes. La ayuda sincera, en cambio, requiere transparencia. Simplemente se ofrecen, sin esperar nada a cambio.