La chica pobre solo llevó una cesta de frutas a la casa de su novio para presentarse, pero inesperadamente, la madre de él mostró una actitud fría…
Isabela nació en un pequeño pueblo junto al río. Su padre murió temprano, y su madre trabajó incansablemente para criar a ella y a su hermana. La vida difícil le enseñó a ser ahorrativa, independiente y a valorar las cosas pequeñas.
Cuando fue a la universidad en la ciudad, Isabela trabajó en varios empleos: camarera en un café, tutora, vendiendo productos en línea… Gracias a eso, no solo cubría sus gastos, sino que también podía enviar algo de dinero a su madre. Fue en la biblioteca donde trabajaba que conoció a Diego, un estudiante de último año, alto, amable y de familia acomodada.