Preparación paso a paso
Paso 1: Prepara el molde
Forra un molde cuadrado para hornear de 20x20 cm con papel vegetal o engrásalo ligeramente con mantequilla. Esto asegura que el fudge no se pegue y facilita su desmoldado una vez cuajado. Si planeas duplicar la receta, usa un molde rectangular más grande.
Paso 2: Calienta el azúcar y la leche
En una cacerola mediana, combina el azúcar y la leche a fuego medio. Revuelve continuamente con una cuchara de madera o una espátula resistente al calor hasta que el azúcar se disuelva por completo. Una vez que la mezcla empiece a burbujear, déjela hervir suavemente durante 2-3 minutos, revolviendo con frecuencia para evitar que se queme.
Paso 3: Agregar la mantequilla de cacahuete y la vainilla
Retire la sartén del fuego inmediatamente. Agregue la mantequilla de cacahuete y el extracto de vainilla a la mezcla caliente. Revuelva rápida y bien hasta obtener una mezcla suave y cremosa. El fudge espesará a medida que lo mezcle; esto indica que está quedando perfecto.
Paso 4: Verter y extender
Vierta la mezcla de fudge caliente en el molde preparado. Use una espátula para extenderla uniformemente por la superficie. Para un toque decorativo, cree suaves remolinos en la parte superior con el dorso de una cuchara.
Paso 5: Dejar reposar
Deje que el fudge se enfríe a temperatura ambiente durante aproximadamente una hora o guárdelo en el refrigerador durante 30-40 minutos para que cuaje más rápido. Evite taparlo mientras esté caliente, ya que la condensación puede afectar su textura.
Paso 6: Rebanar y servir
Una vez que esté firme, retire el fudge del molde usando el papel vegetal. Córtalo en cuadritos pequeños con un cuchillo afilado. Cada pieza debe tener una textura suave y cremosa con bordes ligeramente firmes: el sello distintivo de un fudge perfecto.
Consejos para un fudge de mantequilla de cacahuete perfecto
Usa mantequilla de cacahuete de calidad: La mantequilla de cacahuete suave y cremosa ofrece la mejor consistencia. Evita las mantequillas de cacahuete naturales que se separan fácilmente.
No lo cocines demasiado: Hervir demasiado tiempo puede hacer que el fudge quede granulado o duro. Deja que se cocine de 2 a 3 minutos para obtener un acabado sedoso.
Añade textura: Para un bocado más crujiente, mezcla nueces picadas o pretzels triturados antes de verterlo en la sartén.
Dale un toque de sabor: Prueba a añadir un remolino de chocolate o caramelo derretido por encima para una versión más rica.
Ideas para servir
El fudge de mantequilla de cacahuete es versátil: puedes disfrutarlo como refrigerio con café, servirlo en bandejas de postre o envolverlo en papel de horno para un regalo casero muy especial. También se congela de maravilla; simplemente guarda los cuadritos en un recipiente hermético con capas de papel de horno entre ellos. Este fudge combina a la perfección con leche fría, café caliente o incluso helado de vainilla para un capricho aún más indulgente.
Este fudge de mantequilla de cacahuete no es solo una receta: es un dulce recordatorio del hogar, la calidez y los placeres sencillos. Con solo cuatro ingredientes y un mínimo esfuerzo, puedes crear un postre que rivaliza con cualquier dulce de repostería. Su textura cremosa, su sabor a nuez y su dulzura nostálgica lo convierten en un favorito de todos los tiempos para reuniones familiares, festividades o simplemente para una tarde tranquila.
Así que la próxima vez que se te antoje algo rico pero fácil de preparar, olvídate de los dulces y prepara este fudge a la antigua. Un bocado y entenderás por qué esta receta ha resistido el paso del tiempo: reconfortante, cremosa y absolutamente irresistible.