2. Mayor riesgo de alergias
Compartir la cama con mascotas o no mantener la ropa de cama limpia puede aumentar la exposición a ácaros del polvo, caspa de mascotas y bacterias, causando irritación o alergias.
3. Malestar físico
Dormir con ropa ajustada o en posiciones incómodas puede afectar la circulación, causar calambres o dolor muscular y reducir la calidad del descanso.
4. Impacto en el estado emocional
La falta de un sueño reparador puede provocar irritabilidad, afectar la concentración y disminuir la productividad diaria.
5. Riesgos a largo plazo
Si estos hábitos persisten, pueden surgir problemas más graves, como estrés crónico, hipertensión o un sistema inmunitario debilitado.
Conclusión
Aunque algunos hábitos de sueño pueden parecer inofensivos, pueden afectar la salud física y mental. Prestar atención a cómo y con qué duermes te ayudará a descansar mejor, evitar molestias y mantener tu bienestar general.