Si te resulta incómodo, cambia la cama, regálala o reorganiza la habitación.
Pero no tomes decisiones basadas en el miedo. Tómalas desde el amor, la fe y un deseo sincero de sanar.
Porque todo lo que Dios toca, vive, y donde hubo lágrimas, Él puede traer luz.
Consejos y recomendaciones
1. No tomes decisiones apresuradas durante el duelo.
Es fundamental tomarse su tiempo. No tiene obligación de dormir allí inmediatamente ni de cambiar nada rápidamente.
2. La oración ayuda a transformar la atmósfera emocional.
Una simple frase basta:
“Señor, llena esta habitación de paz”.
3. Si te sientes incómodo, cambia de entorno.
Mueva los muebles, ventile la habitación, encienda una vela o cambie las sábanas puede ayudarle a sanar.
4. Habla con tu familia.
Compartir el dolor alivia la carga. A menudo, otro miembro de la familia siente lo mismo.
5. No alimentes las supersticiones.
La fe, no el miedo, es lo que ilumina. El alma del difunto está ahora en manos de Dios, no en objetos.
6. Conserva lo que te trae paz, no lo que te hace daño.
Los recuerdos no están en los muebles, sino en el corazón.
7. Busque apoyo espiritual si el dolor le está agobiando.
Un guía espiritual, un sacerdote o un terapeuta pueden ayudarle en el proceso.