El punto de quiebre llegó en la gran fiesta de aniversario de Patricia, celebrada en un exclusivo club de campo de Los Ángeles. Los Thompson habían invitado a más de doscientos invitados, todos adinerados, refinados y críticos. Emma se había vestido elegantemente con un vestido azul pálido, con la esperanza de evitar llamar la atención. Pero Patricia tenía otros planes. Después de la cena, Patricia se levantó, golpeó su copa y le sonrió cruelmente a Emma.
—Ya que Emma quiere demostrar que pertenece —anunció Patricia—, veamos qué tan segura está. ¿Por qué no les muestras a todos lo que escondes bajo ese vestido barato?