El vino, el desprecio y el renacer de Isabella


 La noche de la humillación

Todo llegó a su límite una noche de celebración familiar. La casa estaba llena de risas y copas alzadas. Isabella apenas había probado su bebida cuando Margaret dijo en voz alta:

“¡Cuidado, Isabella! Si bebes más, vas a avergonzar a mi hijo como la última vez.”

Las personas rieron. Isabella se sonrojó de vergüenza.
“Solo he tomado medio vaso”, respondió suavemente.

David golpeó la mesa con el vaso.
“¡No le respondas a mi madre!”, gritó.