Bebe una taza al día, preferiblemente en ayunas o antes de dormir.
Este té ayuda a fortalecer las defensas, aliviar la tos, mejorar la digestión y calmar los dolores menstruales. También puede servir para limpiar los pulmones y reducir la inflamación del cuerpo.
Otras formas de usar el orégano para la salud:
Aceite de orégano: unas gotas diluidas en aceite de oliva ayudan a combatir hongos, infecciones bucales y resfriados.
Inhalación de vapor: hervir hojas de orégano y aspirar el vapor ayuda a despejar las vías respiratorias.
Cataplasma de orégano: triturar hojas frescas y aplicar sobre articulaciones o músculos doloridos alivia el malestar.
Baño con infusión de orégano: relajante, desinflamante y excelente para aliviar el cansancio.
Condimento medicinal: añadir orégano fresco o seco a las comidas mejora la digestión y refuerza el sistema inmunitario.
El secreto está en usarlo de forma constante y natural. El orégano no solo da sabor a tus platos, también purifica el cuerpo, mejora la respiración y equilibra el organismo. Un simple hábito con grandes beneficios para la salud de todos los días.