Aquellos que no recibieron suficiente apoyo emocional cuando eran niños muestran estos 12 rasgos como adultos

 

 

 

10. Pueden tener problemas de apego.

La negligencia emocional puede causar estilos de apego ansiosos o evitativos. Pueden aferrarse a otros por miedo al abandono o mantener distancia emocional para protegerse de ser heridos. Estas estrategias de afrontamiento desadaptativas dificultan enormemente que la persona forme o mantenga relaciones saludables.

11. Pueden tener dificultades para establecer límites.

Un niño sin apoyo puede tener dificultades para afirmar sus necesidades y establecer límites saludables en la edad adulta. A menudo se sentirá culpable o incómodo al hacerlo, como si fuera un inconveniente en la relación. Y como evita los conflictos, no defiende sus límites incluso si logra expresarlos.

12. Pueden tener una tendencia hacia la codependencia.

En ciertas situaciones, pueden desarrollar relaciones de codependencia. Crecer sin apoyo emocional puede llevar a un adulto a sobrecompensar su autoestima, vinculando su autoestima a la dependencia que los demás tienen de él. Pueden convertirse en el apoyo emocional —o la muleta— de otra persona, sacrificando a menudo sus propias necesidades y límites en el proceso. Este patrón suele ir en detrimento de su bienestar y salud emocional.