Otros factores alarmantes pueden ser mareos, sensación de mareo, desmayos e incluso desmayos. Aunque no sean necesariamente sinónimos de un ictus, reflejan un problema de salud importante y, como medida de precaución, es recomendable consultar a un médico.
Un ictus afecta la visión
Puede ocurrir que, antes de un ictus, se presenten problemas de visión repentinos. Se puede ver borroso, tener sensación de deslumbramiento o incluso perder la visión de los colores o incluso llegar a la ceguera.
Los dolores de cabeza pueden indicar un ictus
A veces, pueden presentarse dolores de cabeza muy violentos e inesperados. Pueden ser tan intensos que se acompañan de vómitos. Más allá de una simple migraña, pueden ser presagios de un ictus.
Pérdida de coordinación como resultado del inicio del ictus
Antes de un ictus, es posible que la persona se sienta repentinamente mareada y no pueda moverse con normalidad. Puede afectar una parte específica del cuerpo o la totalidad del mismo. También puede haber dificultad para hablar o encontrar las palabras.
Falta de aire: una posible señal de ictus
En algunos casos, la falta de aire en una situación inusual, sin un esfuerzo mínimo o especial, también puede ser una señal de alerta de ictus.
Si tiene la más mínima duda sobre su estado de salud, no dude en contactar con un profesional.