Problemas de la piel: El acné, el eccema o una tez apagada pueden indicar una disfunción hepática, ya que las toxinas en el cuerpo pueden afectar la salud de la piel.
Orina oscura y heces pálidas: La orina oscura puede indicar que el hígado no está filtrando los desechos correctamente, mientras que las heces pálidas pueden indicar una falta de producción de bilis.
Dolor articular persistente: La inflamación crónica, que se manifiesta como dolor articular, podría indicar que el hígado no está controlando la inflamación eficazmente debido a la acumulación de toxinas.
Si nota alguno de estos signos, es importante consultar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados. Apoyar el hígado mediante una dieta equilibrada, mantenerse hidratado y evitar el consumo excesivo de alcohol también puede ayudar a mejorar la salud hepática y, potencialmente, a controlar el peso.
6 señales de que tu hígado podría estar lleno de toxinas y hacerte subir de peso